En un blog dedicado a momentos históricos que nos han emocionado a todos, debería ocupar una posición de privilegio un personaje: Michael Jordan. Muchos de los que nos hemos aficionado a la NBA, se lo debemos a este maravilloso jugador. Quién no se ha levantado de madrugada para poner la "segunda cadena" de TVE con Trecet, o Canal Plus con el fabuloso dúo de Montes-Daimiel...
Sería imposible mencionar todas y cada una de las actuaciones estelares de Jordan, por lo que me quedo con la que más me impresionó: el famoso "The Flu Game" (el partido de la gripe).
Miércoles 11 de junio de 1997. Quinto partido de la serie final por el anillo de la NBA entre Chicago Bulls y Utah Jazz. Los Jazz habían ganado los últimos partidos y el marcador estaba 2-2. Esa misma mañana se había levantado muy débil y enfermo. Los médicos de Chicago habían dicho que era imposible que Jordan jugara aquel partido. Phill Jackon no contaba con él.
Pero Jordan jugó.
Todos recordamos la famosa imagen de un Jordan exhausto, desplomado y sujetado por su escudero Pippen
Jordan acabó aquel partido con 38 puntos, 7 rebotes y 5 asistencias, dando la victoria a los Bulls.
Esto fue lo que sucedió en el Delta Center...
Unos años antes, Michael Jordan casi destroza él solo a los Boston Celtics (el mejor equipo del momento en la NBA) anotando 63 puntos en un partido de playoffs por el anillo. Los Bulls perdieron. Al finalizar el partido, Larry Bird dijo "Hoy he visto a Dios disfrazado de jugador de baloncesto"
Aquella noche en Salt Lake City, Dios estaba enfermo, pero ganó el partido.
Aquella noche en Salt Lake City, Dios estaba enfermo, pero ganó el partido.